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Historia

Historia de Brasil

 

 

 

Su primera reseña histórica da inicio desde sus primeros pobladores, estos fueron los indios arawak y caribes, al norte, los Tupí-Guarani, sobre la costa este y la cuenca amazónica, los Ge, instalados en las regiones orientales y meridionales del país, y los Pano, al oeste. La mayor parte de estas tribus eran semi-nómades y vivían de la caza, la recolección y una agricultura primaria.

Época de la Colonización
El primer europeo en llegar al territorio que hoy conocemos como Brasil fue el español Vicente Yáñez Pinzón, quien avistó tierra el día 26 de enero del año 1500 y llegó a la actual región de Cabo de San Agustín,  para realizar luego una primera exploración por la desembocadura del Amazonas. Este viaje se ve reflejado en los Pleitos Colombinos. La ocupación de hecho de la tierra recién descubierta comenzó en 1532 con la fundación del pueblo de São Vicente por Martin Afonso de Souza. En 1549 se fundó la primera capital de Brasil, la ciudad de Salvador, en la provincia de Bahía. Durante el siglo XVI se ensayó la esclavitud, inicialmente de los indígenas y sólo en las últimas décadas se introdujeron cautivos africanos. Algo que es claro es el año de 1500, pero varios historiadores brasileños reconocen hoy la historia en manos de Vicente Yáñez Pinzón, quien se habría adelantado más de 80 días a Pedro Álvares Cabral. Basados en la lectura de los textos escritos por los más famosos cronistas de la época como Bartolomé de las Casas, Pedro Mártir de Algería y Juan de la Cosa, la historia sigue su curso con una versión oficial y otra en manos de estos historiadores. Uno de los documentos más consultados es el Tratado de Tordesillas, firmado entre Portugal y España en 1494. Este tratado establecía divisiones de soberanía colonial. De allí surge para algunos que la playa que alcanzó Vicente Yáñez Pinzón se había predeterminado como de licencia portuguesa y deja establecida la primicia del descubrimiento en manos de éste.

En el siglo XVII, la agricultura de base esclavista, con plantaciones de mandioca, tabaco y especialmente de caña de azúcar, obtuvo un gran desarrollo. Estas actividades se desarrollaron en el Noreste de la colonia, desde los núcleos bahiano y pernambucano y, más tardíamente, Río de Janeiro. Las colonias norteñas fueron ocupadas por los holandeses en 1624 y entre 1630 y 1654. Portugal tras establecer una serie de capitanías generales en las costas, elevó sus posesiones al rango de principado al ser en 1634 declarados príncipes de Brasil los herederos al trono lusitano. En el siglo XVIII, aunque la producción de azúcar no había perdido importancia, las atenciones de la Corona portuguesa se concentraron en la región donde se había descubierto oro  el cual se agotó antes del final del siglo. Durante el período de unión dinástica con los demás reinos de la Monarquía Hispánica, los bandeirantes y sus subordinados de origen tupí aprovecharon la obligada pasividad española para sobrepasar con creces la línea de Tardecillas y multiplicar el área de Brasil.
Época de Independencia
El comienzo de la independencia se llevó a cabo a principios del Siglo XIX, cuando Napoleón Bonaparte decidió atravesar la Península Ibérica para invadir Portugal, que no había bloqueado el acceso de Inglaterra a sus puertos. Brasil en ese momento, era una colonia portuguesa, concretamente, era una colonia muy rica en oro y piedras preciosas, la más rica del imperio portugués. En 1808, la Corte portuguesa decide ir a Brasil, huyendo así de la invasión napoleónica. En aquellos momentos, como anteriormente he resaltado, Brasil era una colonia poderosa, tanto que se propuso llevar el centro del poder portugués allí. Así pues, la monarquía se estableció en Brasil en la capital de la colonia, Rio de Janeiro.
Otra época a destacar es en 1815, cuando Juan VI elevó Brasil a reino unido al de Portugal. En este mismo año, los territorios ocupados por Napoleón Bonaparte fueron de nuevo independizados, lo que se propuso en el Congreso de Viena una restauración de las colonias. En ese momento, la corte portuguesa seguía en Brasil, y al no estar en Portugal, que en Europa se seguía viendo Lisboa como la capital del reino, significó como un equivalente a una sustitución. Por lo tanto, era necesario su retorno. Sin embargo, eso no era lo que la corte portuguesa quería. 

Entre otras razones estaban la tranquilidad de aquellas tierras (sin guerra alguna salvó batallas en la Región de la Plata), además, tras 7 años, había negocios puestos en marcha con financiación portuguesa, y si se restauraría la condición de colonia a Brasil, ciertos privilegios serían eliminados. El 24 de agosto 1820 hubo una revuelta en Oporto con el pretexto citado con anterioridad. La burguesía portuguesa iba a reclamar una serie de privilegios que, con la apertura comercial portuaria decretada en 1808 en Brasil hacia otros países (Inglaterra), iban a perder. Se exigió la vuelta del Rey Juan VI a Lisboa a riesgo de ser abolida. A su vez, esta noticia llegó a Brasil, teniendo los revolucionarios apoyos en provincias como Bahía, donde se formaron gobiernos quitando el poder al Reino de Brasil y concediéndoselo a Portugal. En este ambiente de tensión, el rey en un principio decidió resistir la presión y quedarse en América, donde se formaron 2 grupos: los portugueses europeos, apoyando a los levantados, y los portugueses americanos, que en su defecto apoyaron la legalidad del Estado brasileño. Pero en 1821 los insurgentes de Brasil se reunieron en Río de Janeiro exigiendo el retorno y la jura de la constitución que en aquel momento se estaba redactando en Lisboa.  El 1821 se exigió a Pedro la disolución de las Cortes brasileñas y su inmediata vuelta a Lisboa, pero de nuevo, tras una serie de territorios pidiendo su estancia en América, decidió quedarse al grito de “me quedo”. En ese momento, y tras una serie de cartas que su padre, de mala gana, le ordenaba volver a Lisboa, comenzaron una serie de pequeños enfrentamientos con las tropas portuguesas que aún quedaban en territorio brasileño. Se había creado una nueva nación, dotada de un sistema monárquico absolutista en el que la esclavitud tenía un peso importante.

La independencia fue proclamada el 7 de septiembre de 1822 por el hijo del rey de Portugal. Don Pedro I estableció una monarquía constitucional, de economía basada en el trabajo esclavista. Durante el siglo la mano de obra esclava fue gradualmente sustituida por inmigrantes europeos, sobre todo italianos.

Después de la Independencia
El salto a la modernización continúa con la abolición de la esclavitud el 13 de mayo de 1888, hecho indispensable en su época condujo a un golpe de estado que destituyo la monarquía el 15 de noviembre de 1889. La República que se proclama, dominada por oligarquías de origen rural y que se mantenían en el poder por medio de elecciones corruptas y conocida como República Vieja, duró hasta 1930. Aquel año Getúlio Vargas protagoniza una revolución que lo alza al poder. Permanecerá como líder hasta 1945, desde 1937 gobernando bajo una dictadura. En 1946, una nueva Constitución es aprobada y Vargas es sustituido por un presidente elegido por sufragio. Se inicia el período más democrático de Brasil hasta entonces. El país fue sacudido por el suicidio en 1954 del mismo Vargas, quien fuera elegido democráticamente presidente en 1951. El golpe militar de 31 de marzo de 1964 da el poder a una junta militar, bajo cuyo mandato se sucedieron cinco generales elegidos indirectamente. El regreso a la democracia es iniciado por los propios militares en las postrimerías de los años 1970, bajo la estrategia de una apertura “lenta, gradual y segura”. En 1984, una masiva movilización popular por las elecciones barre el país bajo la presidencia de Sarney se convocó una Asamblea Constituyente en 1986 que aprobó la Constitución democrática de 1988. El régimen de gobierno presidencial fue confirmado por el pueblo en un plebiscito el 21 de abril de 1993, en el cual se rechazaron las propuestas de república parlamentarista y de monarquía constitucional. En el gobierno de Itamar Franco, el ministro de economía Fernando Henrique Cardoso introduce el Plano Real, un plan económico inédito que logró controlar la altísima inflación que perturbaba al país desde hacía décadas.
   
En este período 1994-1998el país avanza en las privatizaciones, en el control de la inflación y del gasto público, si bien no logró mejorar la distribución del ingreso ni obtener tasas significativas de crecimiento económico. A las elecciones presidenciales de 2002 se presenta nuevamente el candidato de la oposición Luiz Inácio Lula da Silva prometiendo de forma general cambiar el rumbo del país sin atropellos revolucionarios o económicos. Pese a sus promesas de cambio, ha mantenido una política económica similar a la del gobierno anterior.

 

 

 
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